jueves, 20 de marzo de 2014

NEURO -NAS

Hoy he leído en Expansión un artículo titulado “La cara, el espejo del márketing” en el que se hablaba de la relevancia que está tomando el neuromárketing en las campañas de publicidad y medios de múltiples empresas. El artículo explica que el neuromárketing es la suma de neurociencia, márketing y tecnología, y que éste trata de captar las emociones en las personas antes de que las racionalicen y sean más difícilmente detectables a través del reconocimiento facial, sin que el cliente se de cuenta.

Es alucinante leer sobre este tipo de dispositivos que detectan emociones en las personas: felicidad, sorpresa, enfado, asco, miedo o tristeza. Aunque a mí me alucina aun más ver cómo la máquina más perfecta de la tierra: el ser humano, no es capaz en muchos casos, de poner el más mínimo interés en detectar las emociones de los que le rodean con sus propios “dispositivos internos”.

Esta falta de interés por conocer las emociones de los que nos rodean, en mi opinión, nos deshumaniza y levanta barreras para el entendimiento. En consecuencia las relaciones se dificultan y con ellas las bases de cualquier organización. Esto es especialmente relevante cuando hablamos de personas que tienen a otros a su cargo y que sirven de referente para los demás.

No creo que haya que ser un experto en psicología social para poder llegar a ser un gerente de equipos integral con capacidad de captar las emociones de sus colaboradores. Con poner interés por lo que ocurre a nuestro alrededor sería suficiente. No obstante, si queremos incluso mejorar, existen algunas herramientas que ayudan a desarrollar este tipo de habilidad. Por ejemplo, la Programación Neurolingüísitica (PNL), una rama de la psicología aplicada, nos da algunas referencias que sirven de recordatorio, sin necesidad de tener que profundizar mucho en esta materia compleja. En palabras de Jose Pedro García Miguel, experto en PNL, “para dirigir adecuadamente, hay que encontrar una estrategia personal, interiorizarla y practicarla, basada en: (1) el autoconocimiento; (2) conocer, reconocer y valorar a otros; (3) saber comunicar, escuchar y sintonizar con otros; (4) Saber tomar decisiones y afrontar problemas; y (5) convertir nuestra experiencia en un proceso de aprendizaje.

Lo que me gusta de las palabras de Jose Pedro, contenidas en su libro “PNL para líderes”, es que, aunque suenan muy simples y no parece que aporten grandes novedades o descubrimientos científicos, engloban todos los aspectos claves de la persona para poder dirigir a otros de forma eficaz. Muchos pensaréis que se trata de obviedades, y no os falta razón; en mi opinión esa es precisamente la utilidad de estas palabras.

Os animo a que toméis estos principios a modo de guía para autoevaluaros. Lo normal será que tengáis muy buenas notas en todos los puntos, pero seguro que en alguno la nota está por debajo de los demás. Con este pequeño ejercicio ya habréis avanzado en vuestro autoconocimiento y ya habrá merecido la pena. Si además trabajáis por mejorar ese aspecto que flaquea, los resultados serán más que satisfactorios en poco tiempo.


El sector de la moda usa el neuromárketing para saber si a los consumidores les gustan los productos que exhiben en las tiendas; en otros sectores sirve para saber qué opinan los clientes sobre un precio sin tener que preguntarles; para averiguar qué recuerdan los consumidores de una determinada campaña; para testar productos nuevos, etc. Por qué no empezamos a utilizar esta herramienta ancestral que tenemos: las “Neuro-nas”, para detectar qué ocurre a nuestro alrededor, al mismo tiempo que mejoramos en nuestras relaciones personales, que como digo, son la base de toda organización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario