Eres único, irrepetible, solo tú puedes ser tú. Lo
sabes y además te gusta que te lo recuerden y que te traten así como eres… que
se dirijan a ti por tu nombre, que te conozcan y te valoren, ya que solo nos
conocemos del todo y descubrimos quienes somos en nuestra relación con los
demás.
Esto también lo saben los publicistas, las recientes campañas
de Nutella y Coca-cola lo demuestran con sus cifras. El crecimiento de usuarios
a los que les gusta la página de Nutella en Facebook, desde que lanzaron la
campaña de etiquetas personalizadas con un nombre, aumento en un 750% llegando
a 300.000 fans. En el caso de Coca-cola la firma ha registrado un aumento en
ventas de la botella personal de un 24% en bodegas y de un 42% en supermercados.
Y ambas marcas afirman que han conseguido estos resultados sin un incremento de
sus costes por publicidad.
Dicha estrategia publicitaria me recuerda algunos principios
del Personalismo, esta corriente filosófica ha puesto su énfasis en el estudio
de la persona. Considera al hombre como
un ser subsistente y autónomo, esencialmente social y comunitario,
un ser libre, trascendente y con un valor en sí
mismo que le impide convertirse en un objeto. Un ser moral, capaz de amar, de actuar en función de una
actualización de sus potencias y finalmente de definirse a sí mismo considerando
siempre la naturaleza que le determina. Autores de esta corriente que resaltan
al hombre en su ser persona como Marcel, Guardini o Wojtyla, que nos plantea la norma personalista de la
acción: “La persona es digna, posee un valor absoluto incuestionable, por eso
hay que afirmar a la persona por sí misma y nunca usarla como medio.”
De estos mensajes publicitarios y de sus exitosos resultados podemos
hacer varias lecturas prácticas para nuestra vida, la primera es que si soy
único lo que yo aporte a la sociedad y al mundo, en mi entorno, no lo va a
poder hacer nadie en mi lugar, este hecho a mí me llama a la responsabilidad y
a intentar dejar mi huella en lo que hago.
La segunda reflexión me sirve para lo que ahora llamamos
branding o marketing personal, tengo que encontrar lo característico y único, lo
propiamente mío que me diferencia de los demás, porque lo tengo y lo puedo
poner en valor, y saber ofrecer ese valor que solo yo soy capaz de dar.
La tercera, y no por eso menos importante, es para el momento
de tratar a los demás, siempre como personas irrepetibles, mirando a los ojos,
llamando por su nombre, con todo el respeto que su dignidad merece, nunca como
un medio o un objeto. Personalizar, siempre que se pueda, nos va a ayudar a
llegar mejor a los demás, porque somos únicos y nos gusta que nos lo recuerden.
Almudena Gutiérrez Merelles
Almudena me ha encantado el análisis y las consecuencias a las que te han llevado dichas campañas publicitarias
ResponderEliminarMe identifico con esa corriente personalista,soy de las que me gusta mirar a los ojos y llamar a la gente por su nombre,creo que dedicandome a la enseñanza ,encaja como anillo al dedo este personalismo tan necesario para conectar con los alumnos. Enhorabuena por este análisis tan sencillo y profundo a la vez
¡Gracias Almu! ¡Estoy totalmente de acuerdo! Creo que con un gracias, un por favor, un buenos días con una sonrisa, un minuto de dedicación sincera a la gente que te rodea, llamándoles por su nombre y mirándoles a los ojos cuando te diriges a ellos, hacen la diferencia... Hay mucho jefazo que esto no lo sabe hacer, ¡y mira lo fácil que es!
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