Después de unas semanas en
Alemania en las que he podido pasear por algunas de sus ciudades, mezclarme con
sus gentes y visitar sus monumentos y museos, he podido apreciar más de cerca
la capacidad que ha tenido este país de volver a empezar, empezar de cero,
reconstruir sus ciudades y su nación tras los duros golpes de la historia.
Os recomiendo, si tenéis ocasión,
visitar en Bonn la Casa de la Historia, es un museo de historia de Alemania
desde el final de la segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, su historia
reciente muestra que es un pueblo fuerte que ha sabido reponerse y situarse con
rapidez a la cabeza de la economía europea.
En cada Iglesia Románica o Gótica
que he visitado, hay grandes joyas arquitectónicas en esta tierra, encuentras fotografías y paneles de cómo eran estas
antes de la guerra, como quedaron después de los bombardeos y como ha sido su reconstrucción, en muchos casos
muy fidedigna al original. Me impresiona ver esas imágenes de Colonia
absolutamente destruida, excepto la catedral que se mantuvo intacta, entre las
postales de las tiendas de suvenir. Es ejemplar como con la colaboración de todos
consiguieron sacar los escombros de sus ciudades destrozadas y construirlas de
nuevo.
Pensando en esto me vienen a la
cabeza tantas personas que con la crisis han perdido sus puestos de trabajo y
se han visto obligadas a empezar de nuevo, las empresas que han tenido que
cerrar, los emprendedores que no han conseguido sacar sus ideas adelante,
podríamos llamarlos fracasos pero en realidad son oportunidades de crecer, y
todos encontramos momentos en los que tenemos que volver a empezar, momentos
también más cotidianos, una hoja de cálculo que no tira, una dieta abandonada,
un proyecto que no sale.
Empezar de nuevo supone humildad,
para reconocer los errores y sacar de ellos un aprendizaje, supone
perseverancia para mantenerse firme en las decisiones y poner los medios
necesarios a pesar del cansancio o el desánimo que los fracasos producen.
Volver a empezar supone también cierta creatividad, buscar nuevos modos,
intentar cosas distintas. Todas estas capacidades se ponen en juego cuando uno
se levanta y comienza de nuevo, y estas cualidades se desarrollan y uno crece.
A veces tenemos demasiado miedo
al fracaso, este miedo muchas veces nos frena, si pensamos en que siempre podemos
volverlo a intentar y todo el
aprendizaje que nos llevamos cuando probamos algo que no sale, quizá se incline
más la balanza hacia el lado de aventurarnos.
Tantos ejemplos de esto mismo
encontramos en el deporte, el saltador
de altura que vuelve a intentarlo con el listón un poco más alto, o la gimnasta
que cae de la barra y vuelve a subir y retoma el ejercicio por donde lo dejo
son otros ejemplos inspiradores para todos los que en algún momento tienen que
volver a empezar, en su carrera, en su negocio, en su proyecto, en la
investigación, lo que sea que no haya salido como esperábamos.
Almudena Gutierrez Merelles
Imagen, fuente: John Florea.