Talante Solidario es una
iniciativa para certificar las competencias que desarrollan los voluntarios en
las actividades que desempeñan con colectivos desfavorecidos: Niños con
problemas socioeducativos, ancianos en soledad, enfermos en hospitales… Estas
personas dedican al menos 2 horas a la semana a los distintos servicios que
ofrece la Fundación y ponen en juego sus mejores capacidades, se enfrentan a
situaciones nuevas y distintas de las que requieren sus estudios, sus trabajos
o sus familias, y por eso desarrollan competencias que son muy valiosas para
aplicar después en esos ámbitos.
El voluntario presta su tiempo de
manera desinteresada, no espera nada a cambio, y busca paliar el sufrimiento o
la falta de compañía de quien lo necesita. Pero desde la Gerencia de la
Fundación, se pensó que recompensando el esfuerzo de estos voluntarios, a
través de un certificado de sus competencias, se conseguiría un reconocimiento
más fuerte de la sociedad a su labor y un mayor compromiso de estos
colaboradores, repercutiendo en que estén mejor atendidos los beneficiarios del
voluntariado.
Voluntarios en la sesión de formación cumplimentando el cuestionario de autoevaluación de competencias
El proyecto me motiva, conecte
desde el primer momento con la idea, me está brindando la oportunidad de relacionar
dos ámbitos que me gustan: el trabajo en consultoría y Recursos Humanos y mi
experiencia como voluntaria y coordinadora en una Fundación muy similar en
Madrid. Es un proyecto pionero en este campo, pienso que saldrá adelante porque
le estamos dando un enfoque muy práctico, aterrizado, concretando desde cómo identificar
y definir las competencias que vamos a certificar, al diseño de quien y cuando
evalúa, y dotando para cada fase de unas herramientas de evaluación adecuadas,
así como dar formación y hacer todo el seguimiento de cada una de las fases.
Un ejemplo de nuestro enfoque
práctico y sencillo es que la valoración de las competencias va a estar pivotada
sobre los coordinadores, los coordinadores son los voluntarios responsables de
gestionar un equipo que atiende un servicio, hemos pensado que fueran ellos
porque son los que mantienen el día a día de las actividades y por lo tanto son
los que mejor conocen a los voluntarios, por eso son los más idóneos para
evaluarlos. El pasado 3 de Octubre pude comprobar la calidad humana de los
coordinadores de FADE, compartimos una jornada de formación experiencial en el
campo, a través de actividades en equipo aprendieron de primera mano que son
las competencias y los comportamientos que identifican a las 10 competencias
que la ONG certificará a sus voluntarios: Análisis y resolución de problemas,
liderazgo, comunicación interpersonal, flexibilidad, iniciativa, planificación,
trabajo en equipo, compromiso, asertividad y empatía.
Os iré contando los avances del
proyecto en estos meses, espero que la iniciativa de verdad sirva para que
desde todos los ámbitos de la sociedad (Empresas, Organismos oficiales, ONG,
medios de comunicación etc) valoremos más la labor de las personas que dan de
su tiempo y prestan un servicio a las personas particulares que pasan situaciones difíciles y a la sociedad en
general, llegando a cubrir ámbitos a los que ni los organismos oficiales ni las
empresas llegan.
Almudena Gutierrez Merelles