La semana pasada me la tomé de
vacaciones y por eso no hubo post. Puede que muchos penséis que no está bien,
que esto se trata de un asunto personal y que no debería verse afectado por los
periodos vacacionales, al fin y al cabo, tampoco cuesta tanto escribir unas
líneas para la afición. Por otro lado, muchos pensaréis que darse unas
vacaciones de lo que sea (incluso de las aficiones) de vez en cuando es “justo
y necesario”.
La realidad es que no lo escribí,
y la única razón es que he sido demasiado perezoso, pero ¿quién no ha hecho
o dejado de hacer algo por lo que dicen los demás? Muchas de nuestras
decisiones vienen dadas por la influencia de las personas que nos rodean, por
nuestros grupos o equipos de trabajo, por nuestros jefes, por nuestros amigos,
o por ese concepto tan poco tangible que es “la sociedad”. Nos basamos en
creencias sociales o tendencias de grupo para tomar nuestras propias
decisiones. Esto a veces nos puede llevar a conclusiones acertadas, pero en
ocasiones nos lleva a Error, ese lugar tan inquietante del que ya hemos
hablado, y del que inevitablemente volveremos a hablar en este blog.
El problema no es tanto el error,
sino la responsabilidad asociada. Es decir, yo puedo tomar la decisión que
quiera en base a lo que me dicen los demás, pero tengo que ser consciente de
que la responsabilidad de escribir un post o no, es única y exclusivamente mía.
Las consecuencias de determinadas acciones no voy a poder achacárselas a la
sociedad, por mucho que ella me haya
inducido a hacerlas. Tendré que asumirlas yo mismo.
La dinámica de nuestro día a día,
la vertiginosa vida socio-laboral que tenemos, y la rapidez de la sociedad de
la información nos obligan a tomar decisiones rápidas, casi intuitivas y que
muchas veces están sesgadas por la opinión del grupo que nos rodea. Esto no es
intrínsecamente malo, pero nos exige desarrollar un agudo espíritu crítico de
todo aquello que decimos, leemos o escribimos.
En 2006, el profesor Jerry M.
Burger, de la universidad de Santa Clara, en Estados Unidos, publicó un
artículo que se titulaba “Replicando el
experimento de Milgram, ¿obedecerá la gente todavía?” Para los que no sepan
en qué consiste el experimento de Milgram, aquí os dejo un link (http://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram)
Las conclusiones básicamente indican que los resultados que Milgran obtuvo en
los años 70 siguen estando vigentes hoy en día, esto es, hoy en día aún estamos
dispuestos a renunciar a nuestro propio espíritu crítico, a nuestra propia
conciencia, con tal de obedecer a una autoridad supuestamente autorizada. La
película alemana “la ola”, de Dennis Gansel es otro claro ejemplo de lo que el
hombre es capaz de hacer, renunciando a su individualidad en pos de lo que le
dicta el grupo. Es decir, no es muy común entre los de nuestra especie el
razonamiento crítico y el uso de la lógica tal y como nos la enseñó
Aristóteles. Por muy modernos que nos creamos, en este aspecto aun somos muy
primitivos.
Estos ejemplos son evidencias de
cómo funciona nuestra mente y las pocas ganas que tiene el hombre por
cuestionar los inputs que recibe. Tenemos
una enorme capacidad para pensar de forma automática e intuitiva. Esta
capacidad, habitualmente eficiente, la obtenemos a costa de cometer errores
ocasionales. No obstante, generalmente no nos percatamos de la existencia de estos
errores y los incluimos en nuestro razonamiento de manera automática, lo cual nos lleva a cometer nuevos y mayores errores. Es clave que identifiquemos los caminos a
través de los cuales construimos nuestros razonamientos para aislar los que son
falsos. ¿Cómo podemos hacer esto? Primero, valorando nuestros juicios en su
justa medida. Es muy común sobreestimar nuestros juicios, lo que nos lleva a
desestimar las tesis contrarias, es más, habitualmente buscamos información
adicional que confirme nuestra opinión, en vez de valorar lo que dicen los
contrarios. Segundo, es clave no dejarse seducir por falsas correlaciones y por
la sensación de control personal. Muchas veces estamos tentados a aceptar
correlaciones que no existen y creemos que podemos predecir, o controlar
eventos que no podemos. Y tercero, muy habitualmente las tendencias (en la
sociedad, en la empresa, en la familia o en nuestro grupo de trabajo) influyen
en nuestros juicios de valor, en nuestra interpretación de la realidad, en la
valoración de las mismas tendencias e, incluso, en la propia bondad de nuestros
juicios de valor. Estando prevenidos, es más fácil identificar esas tendencias
y aislarse de ellas, aunque sólo sea por un momento, mientras educamos nuestro
pensamiento sobre las mismas.
El post de la semana pasada se
quedó sin escribir, es un hecho. Ahora me toca a mí hacer examen de conciencia
sobre cómo llegué a la conclusión de que
posponerlo era una buena idea. Ya os contaré qué nota saco en el examen J
Ya sabes, somos procastinadores por excelencia, y postponer cosas que un momento dado no nos apetece hacer responde a la equivocada percepción de que mañana nos resultará menos pesado hacerlo. De eso aprendí mucho en el IESE, aunque reconozco no aplicarlo siempre. Otra cosa es lo que comentas sobre cómo la sociedad nos lleva a comportarnos de un modo u otro. Me pregunto si esto se dará más a menudo en el ámbito personal o profesional, sería curioso saberlo. Un abrazo.
ResponderEliminarJavier! gracias por tu comentario. Con respecto a si nos vemos más influenciados por el entorno en el trabajo o fuera de él, estoy convencido de que no depende tanto del contexto sino de la persona. Es decir, aquel que ha desarrollado un buen razonamiento crítico lo utiliza indistintamente cuando está en el trabajo y cuando está fuera de él, ¿no crees?
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo en que depende más de la persona que del contexto. Pero hacía la diferencia, porque, por un lado el blog es de contenido principalmente profesional, y por otro, yo sí que pienso que en determinados entorno de trabajo sí que he podido observar que la gente se atiene a hacer lo que "la sociedad", o el resto de compañeros, dice sin tener un punto crítico. Se me viene a la cabeza el experimento de los monos y la jaula: http://www.psicoactiva.com/curios/platanos_y_monos.htm
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