martes, 6 de mayo de 2014

El fuego sagrado


 
Me atrevería a decir que la calidad de una persona se puede medir por la calidad de sus relaciones de amistad, por el número y solidez de esas relaciones…. Y es que el que tiene un amigo tiene un tesoro, la amistad nos enriquece como ninguna otra relación, la variedad y riqueza de nuestros amigos nos hace descubrir facetas de nosotros mismos que sin su trato no saldrían a relucir, así lo explica CS Lewis en su libro “Los cuatro amores” : "Por mí mismo, carezco de la capacidad suficiente para poner en actividad la totalidad de otra persona; necesito otras luces además de la mía para hacer visibles todas sus facetas. Ahora que Charles ha muerto, jamás volveré a ver la reacción de Ronald a una broma típica de Charles. Lejos de tener más de Ronald, de tenerlo “para mi” ahora que Charles ha partido, tengo menos de Ronald. De ahí que la verdadera Amistad sea el menos celoso de los amores. Dos amigos gozan de que se les reúna un tercero, y tres de que se les reúna un cuarto, con solo que el recién llegado esté calificado para convertirse en un verdadero amigo”

A los amigos los eliges o los encuentras, una amistad solida se asienta sobre cierta afinidad, aunque los amigos pueden ser muy distintos, sobre algún interés común, del que surgió la amistad quizá o que se buscó a posteriori para compartirlo; y así sucede como comenta también Lewis «describimos a los enamorados mirándose cara a cara, y en cambio a los amigos, uno al lado del otro, mirando hacia adelante, absortos en algún interés común». La amistad se asienta también en el conocimiento del otro, en el compartir nuestras cosas y nuestra intimidad, Lo más característico del amor de amistad es buscar el bien del otro, quererle como es, alegrarse de sus alegrías y sufrir con él sus penas.

La amistad es un sistema de fuerzas que pasa por fases y momentos, los amigos  se acercan y a veces se alejan. Por eso la amistad hay que cuidarla como a un jardín, y la amistad se riega con el trato y se abona con la generosidad, como señalaba el profesor Millán Puelles  «la amistad necesita tiempo» tenemos que mantener el fuego sagrado de la amistad, no dejar que se apague, dedicar tiempo de tú a tú a nuestros amigos, y eso ninguna red social lo puede suplir, aunque la tecnología nos facilita la comunicación y eso ayuda.

En realidad mantener el fuego sagrado sirve para cualquier relación humana, el amor hay que alimentarlo y cuidarlo, la paternidad y la maternidad, y la familia hay que cuidarla y la relación con el jefe y con el equipo de trabajo hay que cuidarlas igualmente. No podemos pretender mantener un equipo unido, conservar la confianza de nuestro jefe, o tener una buena red de contactos sin dedicarles el tiempo necesario, y el tiempo es un bien tan escaso… Mira a ver si se lo estas dedicando a lo importante.

Me gustaría hablarte de un par de pequeños libros: “Reencuentro” y “Un alma valerosa” son pocas páginas en las que el escritor y pintor Fred Uhlman describe una amistad vivida desde cada uno de sus protagonistas, estoy segura de que te gustarán.
Almudena Gutierrez Merelles

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